sábado, 19 de mayo de 2018

Hexágono de invierno vs. triángulo de verano

Distribución de brazos espirales en el disco de nuestra Galaxia.
Imagen: Wikipedia.
A estas alturas todos sabemos que nos encontramos en una galaxia espiral, la Vía Láctea. Concretamente en uno de sus brazos, el brazo de Orión. Aunque bueno, realmente es un bracito que se encuentra entre dos brazos "de verdad", el de Sagitario (hacia el centro de la Vía Láctea) y el de Perseo (hacia la periferia de nuestra Galaxia). También sabemos que, como buena galaxia espiral, sus estrellas se encuentran distribuidas en un disco más o menos plano. Como consecuencia, cuando miramos en dirección a este plano (verano e invierno) podemos ver un montón de estrellas que forman una banda neblinosa, banda que denominamos Vía Láctea. Al contrario, si miramos en dirección perpendicular (otoño y primavera) no veremos apenas estrellas, pero sí podremos observar más fácilmente objetos localizados más allá de nuestra Galaxia. Pero, ¿hay diferencias entre los cielos invierno y verano en los que la Vía Láctea destaca?

Es posible que ya os hayáis fijado, pero si no, prestad atención a partir de ahora. En el cielo de invierno hablamos del hexágono invernal, formado por las estrellas Rigel, Aldebarán, Capella, Pólux/Cástor, Procyon y Sirio (que en el fondo son 7). Sin embargo, cuando vamos al cielo de verano tenemos un "pobre" triángulo formado por Vega, Altair y Deneb. Es decir, en invierno vemos más estrellas brillantes que en verano. Y otra cosa en la que fijarse si no lo habéis hecho ya. ¿No os parece que el cielo de invierno es mucho más oscuro que el de verano? ¿no parece que el contraste entre estrellas es mayor? Este último punto tiene en parte una explicación meteorológica. El verano es una época más propensa a la turbulencia y suciedad atmosféricas y a la calima, produciendo una dispersión extra de la luz que genera un fondo luminoso que disminuye el contraste entre zonas estrelladas. Dejando a un lado la meteorología que es variable y depende del momento concreto, ¿os habéis planteado a qué se deben en última instancia ambas observaciones? La explicación la  podemos encontrar en la distribución de estrellas en nuestra Galaxia.

Nuestra Galaxia observada por el satélite espacial GAIA. Podemos apreciar el disco de la Vía Láctea, las nubes
de Magallanes y bandas de polvo. El punto rojo señala la posición aproximada del Sol. Hacia la izquierda
(centro) el brillo es mayor que hacia la derecha (periferia). Imagen: GAIA DR2, Brown et al. 2018.
Posición del Sol y otras estrellas a un lado del brazo de Orión.
También podemos apreciar los brazos de Sagitario y Perseo.Imagen: Wikipedia.
En verano miramos al brazo de Sagitario, en dirección al centro de la galaxia, donde hay más estrellas; en invierno miramos en dirección opuesta, donde hay menos estrellas. Si vemos la figura superior, que representa la densidad estelar vista por el satélite espacial GAIA, podemos apreciar claramente que hacia el centro (izquierda), la mayor cantidad de estrellas hace que veamos más luz que hacia la periferia (derecha), generando así un fondo estelar que nos resta contraste, apareciéndonos el cielo así más brillante y menos contrastado en verano que en invierno. Así damos respuesta al segundo punto pero, ¿qué pasa con las estrellas brillantes? Tal y como vemos en la imagen de la derecha, no nos encontramos en el centro del brazo de Orión, sino hacia el interior de éste. De esta manera, en verano, cuando miramos hacia el centro de la Galaxia, lo primero que nos encontramos es una región casi vacía de estrellas, todo lo contrario que pasa en invierno, época en la que miramos directamente en la dirección de un brazo, con lo que vemos estrellas cercanas. Recordemos aquí dos cosas a modo de puntualización final. En los brazos espirales, como el de Orión, se concentra la formación estelar, por lo que esta zona estará dominada por estrellas jóvenes, azules y muy brillantes. Por otro lado, a simple vista no podemos ver toda la Galaxia ni mucho menos, el efecto oscurecedor del polvo nos limita nuestra visión a una región pequeña entorno a nuestra vecindad solar, lo que impide ver las estrellas brillantes que hay (porque las hay) en la dirección de Sagitario (cielo estival).

Así, la próxima vez que miréis arriba pensad en cómo está orientada la Vía Láctea, cuál es el contraste entre zonas estrelladas y cuántas estrellas realmente brillantes vemos, y podréis tener una mejor idea sobre nuestro lugar en el Universo. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario